PARTE 3 – ¿Cómo, cuándo, dónde termina un análisis?
No hay una fecha señalada. No se entregan diplomas al finalizar, ni hay metas externas que definan un cierre.
A veces, el fin de un análisis no llega con certezas, sino con un cambio sutil, pero profundo.
Cuando lo que dolía ya no paraliza.
Cuando el síntoma deja de tener la última palabra.
No se trata de entenderlo todo. Quizás no todo sea comprensible.
Se trata, más bien, de poder vivir distinto con eso que no se entiende.
Porque el análisis no promete borrar lo vivido,
pero sí puede abrir otra forma de estar en el mundo.
Una manera que se sienta más auténtica. Más propia.
Y tal vez, el fin no sea el silencio…
sino una nueva forma de hablar.
De hablarse.
De habitarse.